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miércoles, julio 28, 2004

IN MEMORIAM: Piero Piccioni (1921-2004)

Piero Piciconi falleció el 23 de julio del 2004. Una noticia que no debería pasar de largo para el mundo de la cultura, aunque, visto lo visto,... ¿todavía existe este término en la actualidad?


Piccioni nació en Turín el 6 de diciembre de 1921. Estudió derecho motivado por su padre, un político local, aunque él prefirió la música y por ello inició sus estudios en Florencia. Contratado por una emisora de radio en Roma, sorprendió por sus arriesgados e innovadores arreglos de jazz a piano, que interpretó con el pseudónimo de Piero Morgan.


Motivado por el cine, y a un ritmo incansable, escribió su primera partitura en 1952 para el film Il mondo la condanna, adaptándose después a todo tipo de géneros y estilos, destacando sus aproximaciones al spaghetti western (Minnesota Clay, 1964), al cine de aventuras (La luz del fin del mundo a la fantasía, 1970), al erotismo (Perversa, 1973) y a series televisivas como su obra cumbre Quo Vadis? (1984).


Su talento le permitió utilizar ritmos de lo más variado: el jazz melódico o el americano iniciado por Duke Ellington; sugerentes variantes de los sonidos swing y bossa-nova; música adaptada a las voces susurrantes de Lydia MacDonald o Edda Dell´Orso, acrecentando así el toque sensual de sus melodías; sonidos disonantes de inteligente experimentación; pegadizas canciones pop; e incluso grandes orquestas sinfónicas que él mismo se encargaba de dirigir.


Entre sus obras maestras durante los años 60 y 70, donde su nombre aparece en cerca de 200 títulos, citemos sus estrechas colaboraciones con directores como Sergio Corbucci (Rómulo y Remo, El día más corto, Sono un fenomeno paranormale), Lina Wertmüller (Mimi metalúrgico herido en su honor, Todo en su sitio y nada en orden, Insólita aventura de verano) y Francesco Rosi, del que se sintió muy próximo en películas de corte político-social como Salvatore Giuliano, Las manos sobre la ciudad, Siempre hay una mujer, Giovinezza Giovinezza, Uomini contro, El caso Mattei, Lucky Luciano, Excelentísimos cadáveres y Cristo se paró en Eboli.


Además de ser el ?alma mater musical? del actor y director Alberto Sordi, también recientemente fallecido, a través de diversas comedias ligeras, entre ellas: Un italiano en Londres, Esa rubia es para mi, El médico de la mutua, Amor mío, ayúdame, El presidente del Borgoroso F.C., Mi hermana Anastasia, De viaje con papá, Il tassinaro...


Durante la década de los 80 y 90 inició un semi retiro en la composición de música de cine, regresando ocasionalmente por petición de sus amigos Francesco Rosi (Crónica de una muerte anunciada , 1985) y Alberto Sordi, para quien escribió su último film, Incontri proibiti (1998).


Piccioni, quien estuvo en España por última vez en 1997 invitado por el Congreso de Música de Cine de Valencia, fue un pionero en la introducción del jazz en el cine europeo, y cualquiera de sus obras es condición indispensable para comprender lo que realmente significa disfrutar de la banda sonora en particular, de la música y la vida en general.



Luis Miguel Carmona